Días sofocantes y noches desesperantes: llega la ola de calor a Castilla-La Mancha
Llega la primera ola de Calor del verano en este 2018 y que comenzará este miércoles en gran parte de España, y de Castilla-La Mancha. Las predicciones para los próximos días reflejan un aumento de las temperaturas, especialmente las máximas, durante varios días en la región.
En función de estas predicciones, la Comisión Nacional del Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, de acuerdo con las autoridades regionales, ha asignado Nivel 2 (naranja), riesgo medio, a la provincia de Cuenca ya que está previsto que las temperaturas máximas y mínimas previstas superarán simultáneamente cuatro días los umbrales establecidos.
Asimismo, se ha asignado Nivel 1 (amarillo), bajo riesgo, a la provincia de Albacete, con la superación un día de los umbrales establecidos y a la provincia de Guadalajara, donde se superarán dos días; y Nivel 0 (verde), ausencia de riesgo, en Ciudad Real y Toledo, ya que las temperaturas máximas y mínimas previstas no superarán simultáneamente ningún día los umbrales establecidos en estas provincias.
Hoy calor en Castilla-la Mancha
Este martes en Castilla-La Mancha contaremos con aviso amarillo por altas temperaturas en las provincias de Albacete y Cuenca, con temperaturas máximas por encima de 34 grados en la Serranía de Cuenca y de 36 grados en puntos de La Mancha Albaceteña y la Conquense, y en Hellín y Almansa.
Habrá predominio de cielos despejados, con algún intervalo de nubosidad de evolución diurna en las sierras orientales y las temperaturas no experimentarán cambios o irán en ligero descenso en el extremo sureste y en ascenso ligero en el resto de la comunidad, siendo más acusado en el oeste de Ciudad Real.
El viento será flojo variable tendiendo en horas centrales a sureste en Albacete y a oeste y suroeste en el resto.
Recomendaciones para la ola de calor
La Consejería de Sanidad recuerda a todos los ciudadanos que la exposición sostenida a temperaturas excesivas puede provocar riesgos para la salud por lo que es necesario protegerse frente a ellas.
En este sentido, desde la Dirección General de Salud Pública y Consumo destacan las mejores medidas para afrontar las altas temperaturas, principalmente, protegerse del calor, refrescarse, beber y comer regularmente, pedir consejo médico y no dudar a la hora de ayudar o pedir ayuda.
Así, se recomienda evitar las salidas y actividades en las horas más calurosas (generalmente entre las dos y las seis de la tarde) y más aún, en actividades físicas como deportes o trabajos que requieran un importante esfuerzo físico. Si es necesario salir de casa en esas horas se recomienda buscar la sombra, llevar agua, utilizar sombrero y ropas ligeras de colores claros y, preferiblemente, de algodón.
También se aconseja mantener fresca la vivienda, sobre todo en aquellos hogares donde residen personas mayores de 60 años, niños o enfermos crónicos, cerrando las ventanas o persianas cuando la temperatura exterior sea más elevada, y abrir ventanas y ventilar por la noche, en la madrugada y a primeras horas de la mañana, cuando la temperatura exterior sea más fresca.
Para refrescarse se plantea permanecer dentro del domicilio en las habitaciones más frescas, ducharse o bañarse varias veces al día o humedecer el cuerpo.
Otra de las recomendaciones indicadas es beber líquidos en abundancia aunque no se sienta sed, evitar tomar bebidas con alcohol, cafeína y azúcar, hacer varias comidas al día, incluyendo frutas y verduras, salvo en caso de diarrea, y evitar las comidas copiosas.
De igual forma, se debe pedir consejo al médico o enfermero, sobre todo si se toman medicamentos o si aparecen síntomas no habituales como calambres musculares en los brazos, las piernas o el vientre, o agotamiento, más grave, que puede manifestarse por aturdimiento, debilidad e insomnio habitual.
Asimismo, no se debe dudar en pedir ayuda a un pariente o a un vecino si el calor nos hace sentirnos mal y se recomienda, en general, informarnos del estado de salud de las personas mayores de nuestro entorno que vivan solas o tengan una situación de fragilidad o dependencia y ayudarles a comer y a beber.