Los últimos vecinos de una pedanía de Almodóvar del Campo a la que solo puede revivir el turismo

En Minas del Horcajo, Ciudad Real, apenas habitan una decena de vecinos. Esta pedanía de Almodóvar del Campo, que en el siglo XIX fue un importante yacimiento de galena y plata y tuvo un núcleo de población significativo, solo tiene como recuerdo de esos tiempos ruinas y unas pocas casas salpicadas. 

Tres familias mantienen con vida la pedanía, que desde la década de los sesenta sufre la despoblación de las zonas rurales. Para los que aún se mantienen, como Paquita Romero, la tranquilidad es uno de los principales atractivos de Minas del Horcajo: “Me gusta mucho coser, paseamos. Es una vida muy tranquila y muy bonita”.

Más de un siglo de historia minera

El yacimiento de El Horcajo se explotó desde 1857 hasta 1911. Según explica José Félix Hernández Megías, autor de 'Minas del Horcajo, la aldea olvidada', en sus años de esplendor la localidad llegó a tener "servicios que no tenían muchas ciudades de Ciudad Real y Castilla-La Mancha", como hospitales, luz eléctrica, biblioteca e incluso dos casinos.

En 1951 la mina volvió a estar en funcionamiento y se mantuvo así hasta 1963. De esta etapa aún quedan testigos, como Ángel Díaz Castillo, trabajador de la mina que cuenta que era un trabajo "pesado": “En el lavadero, en la criba, se echaban dos o tres espuertas del mineral que sacaban y se le daba a una palanca", recuerda este antiguo minero.

En la actualidad, Minas del Horcajo intenta mantenerse a través del turismo, con rutas senderistas y un alojamiento rural. En otoño, la berrea del ciervo revive la pedanía, con la llegada de un turismo masivo, pero temporal.

David Oliver, guía de MadronActiva, explica que se necesitan servicios para mejorar la zona y atraer más turistas: "Estamos necesitados de más señalización, más infraestructuras turísticas, mejoras en los accesos...".