Desactivado el METEOCAM tras la alerta por lluvias y tormentas con granizo

Atrás quedan los avisos naranja y amarillo por fuertes lluvias y tormentas que teñían nuestra gran parte de Castilla-La Mancha este miércoles, 21 de junio. Motivo por el que se ha activó el Plan Específico ante el Riesgo por Fenómenos Meteorológicos Adversos  (METEOCAM) que se ha desactivado este jueves a las ocho de la mañana.

87 incidentes

Durante las casi 24 horas de activación del METEOCAM se han contabilizado en  87 incidentes en la región por acumulación de agua en vía pública, achiques en bajos y garajes y obstáculos en la calzada, principalmente. La provincia más afectada por las intensas lluvias ha sido Toledo. 

Avisos meteorológicos

En concreto, las comarcas albaceteñas de Hellín y Almansa y en Alcaraz y Segura son las estuvieron en aviso naranja por la previsión de fuertes tormentas y granizo.

En cuanto a los avisos de nivel amarillo, por precipitaciones de hasta 15 mm en una hora y tormentas con probabilidad de granizo, se han mantenido activos en las últimas horas en las provincias de Guadalajara, Cuenca, Albacete, y en las comarcas de la Mancha toledana y de Ciudad Real.

Recomendaciones ante fuertes lluvias

El Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112 ha informado a los ayuntamientos y grupos de intervención concernidos, para que puedan establecer las medidas de prevención, seguimiento y respuesta que estimen oportunas ante esta situación. 

Antes esta situación, el 112 lanza una serie de recomendaciones a los ciudadanos que puedan verse afectados o sorprendidos por las fuertes precipitaciones que, recordemos, pueden ir acompañadas de granizo: 

Daños por tormentas en Castilla-La Mancha

En las últimas horas, el granizo ha sido el protagonista en buena parte de la región, especialmente en las provincias de Cuenca y Albacete, como esta intensa y fuerte granizada que cayó en Nava de Abajo, una pedanía de Pozohondo, en Albacete.

También en Villanueva de la Jara, en Cuenca, cayó una granizada en la que, en apenas 4 minutos, pequeños pedrisco dejaron las vías llenas de hielo y el agua de la tormenta comenzó a bajar con fuerza calle abajo.