CIENCIA

Así se han visto las auroras boreales en varios puntos de Castilla-La Mancha

Este fenómeno, "muy poco habitual en la Península", ha sido consecuencia de tormentas geomagnéticas severas.

Aurora boreal en los cielos de Toledo durante la noche del 10 de mayo.

Aurora boreal en los cielos de Toledo durante la noche del 10 de mayo.Leyendas de Toledo

Redacción CMM
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Los cielos de España se han teñido en la noche de este viernes de unos colores muy poco habituales. Las tormentas geomagnéticas severas que se han producido en varios puntos del país han permitido a muchos ciudadanos disfrutar de auroras boreales, un fenómeno "muy poco habitual en la Península", según ha reconocido la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Las auroras boreales han aparecido en latitudes muy bajas, nada habituales, y se han podido ver en casi toda España, también en nuestra región, Castilla-La Mancha. Vecinos de Bargas o Puertollano han sido algunos de los afortunados que han podido mirar a un cielo nocturno lleno de color. 

A última hora del 10 de mayo, la agencia estadounidense de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) incrementaba la advertencia de tormenta solar a su máxima categoría. Desde 2003 no se experimentaba una tormenta solar geomagnética de esta magnitud tan extrema. Fruto de la actividad solar tan intensa, que proviene de una mancha solar 15 veces mayor que el tamaño de la Tierra, se han podido ver estas auroras boreales, no solo en España, sino también en muchas otras partes del mundo.

Este fenómeno se podrá seguir disfrutando durante todo el fin de semana, aunque es posible que desde la Península ya no se pueda ver con la misma claridad que la noche anterior.

¿Por qué surgen las auroras boreales?

Según explica la Aemet, la aurora boreal (auroras polares del hemisferio norte) es un fenómeno de electricidad atmosférica "consistente en un fenómeno luminoso que aparece en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, cortinas, etcétera". A diferencia de los fenómenos meteorológicos habituales, se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros. 

"Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años", cuenta la Aemet.

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